viernes, 30 de diciembre de 2011

El Presidente Humala y el Proyecto Conga: la nueva maniobra del “diálogo”


José Ramos Bosmediano
 
El día 27 de diciembre de este año 2011 el gobierno del Presidente Humala Tasso ha vuelto a consumar una nueva maniobra a favor de la empresa minera Newmont-Yanacocha  mediante una parodia de diálogo presidida por el militar y empresario Óscar Valdés, Primer Ministro, y el nuevo Ministro del Ambiente, Pulgar Vidal.

Una representación digitada y felipilla

El denominado diálogo del día 27, organizado para dar curso a los objetivos que sobre el Proyecto Conga viene planteando el actual gobierno, continuando con lo actuado por todos los gobiernos que vienen desde los años 90 sobre las inversiones de la gran minería en el Perú, ha contado con la presencia cómplice de algunas autoridades y seudo representantes del pueblo de Cajamarca, particularmente del Alcalde provincial de Cajamarca; y no pudo faltar, por supuesto, la burguesía regional organizada en la Cámara de Comercio de esa región, embriagada por las ganancias que  obtienen sus negocios merced a la presencia de la trasnacional minera. Hay que decir, por la experiencia que tenemos en el Perú desde la década de los 70 del siglo XX, momento de surgimiento y desarrollo de los Frentes de Defensa de los Intereses del  Pueblo, que las cámaras de comercio e industrias de las regiones y provincias del Perú, siguiendo las orientaciones de su organización central de Lima, nunca han luchado a favor de los `pueblos donde desarrollan sus actividades económicas, salvo cuando su oportunista adhesión a una lucha concreta de los frentes de defensa les reportaba beneficios, por ejemplo, para obtener exoneraciones tributarias.
Con mucha razón los dirigentes populares de Cajamarca que exigen la anulación del Proyecto Conga consideran a estos impostados representantes como felipillos que se están poniendo al servicio de los nuevos Pizarro, exacta imagen de la Newmont-Yanacocha que ha venido para consolidar la conquista neoliberal de nuestro país y sus recursos naturales.  El espíritu pragmatista que impuso la ideología y el proyecto individualista del neoliberalismo en el Perú ha logrado conquistar la conciencia de no pocos empresarios y gente desclasada que inclina la cerviz ante las migajas que reparten las transnacionales con el cuento de la "responsabilidad social" de los empresarios, más los trucos para obtener la "licencia social" en no pocos lugares donde operan las grandes mineras y empresas de hidrocarburos.
Esos ciudadanos que han acudido a la desesperada convocatoria de gobierno carecen de escrúpulos, después de lo hecho,  hasta para caminar por las calles y  campos de la región Cajamarca, pueblo que ha participado en las grandes gestas de nuestra historia.  La conciencia de estos personajes que han firmado un Acta que ni siquiera han redactado ni mucho menos entienden, ha sido alienada hasta la pérdida de la vergüenza por lo que están haciendo.  No se dan cuenta que el gobierno ha podido hacer lo que va a hacer sin su presencia, pero los convoca para hacerles sentir que son útiles y hasta correctos, mientras la Newmont-Yanacocha extiende sus labios, con la faz alegre,  hasta las orejas.

Un Acta que anticipa el resultado del "peritaje internacional"

O los firmantes del Acta del 27 son estúpidos o han obtenido más que sus pasajes Cajamarca-Lima-Cajamarca.  Basta leer el "Objetivo General" y los "Objetivos Específicos" del "peritaje internacional" que han "aprobado", mejor dicho impuesto, para deducir que el real objetivo de ese proceso es reforzar el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que entrega a la empresa minera toda la libertad para traer abajo a la cabecera de cuenca del Conga, fuente natural de agua y vida de gran parte de Cajamarca y de los ríos de otras cuencas que llegan, bien a la costa, bien a la Amazonía peruana.
La conciencia alienada por el dinero de la transnacional peca de estupidez cuando no descubre, en la redacción de esos objetivos, que el susodicho peritaje solo busca "nuevas alternativas" para mitigar mejor la destrucción del ecosistema, pues no se puede aceptar que un sistema artificial de almacenaje de agua (reservorios de cemento y en donde están las lagunas más la conversión de dos de ellas en botadero de basura minera) va a sustituir, sustentablemente, al circuito natural de una cuenca, mucho más cuando se trata de una cabecera de cuenca.  No es lo mismo desviar un río que sustituir una cuenca.  Increíblemente, esta razón de la sin razón (Cervantes) está  escrita en el Acta que ha sido firmada por los pretendidos representantes de Cajamarca.  La cara que exhiben estos modernos felipillos, a la par que indignación, causa pena, pues se nota que actúan como peones del poder transnacional en lo económico y del poder político de la derecha neoliberal del Perú actual.

La nueva amenaza del militar y empresario Óscar Valdés

Este nuevo Primer Ministro del actual gobierno, consciente de la debilidad de sus argumentos para imponer el Proyecto Conga, ante el anuncio de nuevas luchas del pueblo de Cajamarca y el apoyo a estas por el Presidente de esa Región, ha salido con las botas en alto para denunciar a este gobernante regional ante el Tribunal Constitucional, como si la Ley de Descentralización no establecería con claridad las atribuciones de los gobiernos regionales. 
Quienes vienen sosteniendo que la militarización y el carácter reaccionario (derechista y neoliberal) que se dibuja en la orientación actual del gobierno de Humala Tasso no son aún sus rasgos principales, tienen de estos conceptos ideas aisladas del rumbo económico que está definido desde el Ministerio de Economía y Finanzas, punta de Lanza del Fondo Monetario Internacional cuya principal funcionaria, Cristine Lagarde, acaba de estar en Lima para "cuadrar" a los funcionarios encabezados por Luis Miguel Castilla Rubio en el mencionado Ministerio.  No debe olvidarse que el Banco Mundial, otro de los organismos que imponen la orientación del modelo económico en el Perú y en algunos otros países de Latinoamérica y el mundo, es también accionista de Yanacocha.
 
El pueblo responde

Los dirigentes populares y el propio gobierno regional han declarado nula el Acta perpetrada por el gobierno.  Su decisión de continuar con la lucha para que se declare la invalidez del Proyecto Conga, además, está ganando nuevas adhesiones dentro y fuera de Cajamarca.
El caso Conga seguirá dividiendo a los peruanos entre los que defienden la integridad de la cabecera de cuenca que ambiciona la Newmont-Yanacocha, por un lado, y los que buscan que esta empresa siga avanzando con su expansión depredadora, por el otro.  Como ya dijimos, no hay término medio.
El gobierno central ha pretendido invalidar la lucha del pueblo de Cajamarca estigmatizando a Wilfredo Saavedra Marreros como "terrorista", exento del derecho que tiene todo ciudadano peruano de expresar su ideas, organizar para hacer valer los derechos del pueblo, llegando al extremo de negarle su condición de representante del pueblo organizado en el FDAC con el argumento cavernario de "no haber sido elegido por voto popular", lo que más bien podría aplicarse al propio Ministro Valdés, designado por el Presidente de la República. Los hechos están demostrando que Wilfredo Saavedra no solamente ha sido elegido por un vasto sector del pueblo cajamarquino, sino que goza de la confianza de ese pueblo, y no está desarrollando ningún acto que pueda llamarse terrorista. 
Seguramente los gobernantes actuales no conocen que similares luchas han sido desarrolladas por otros frentes de defensa en el país y que contribuyeron a debilitar a ciertas dictaduras y hasta a gobiernos "democráticos" que abusaban de su poder.  La lucha actual del pueblo de Cajamarca, en esta nueva circunstancia, constituye la expresión del poder popular organizado que lucha por su dignidad y su derecho a la vida, no solamente del presente, sino del futuro, ese futuro que está ligado a la explotación racional de los recursos naturales, agotables y renovables.
El Conga es parte inalienable de la vida futura de Cajamarca.
Lima, diciembre 28 del 2011
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lunes, 26 de diciembre de 2011

Conga hoy: con el pueblo o con Newmont-Yanacocha

José Ramos Bosmediano

 

Ningún otro conflicto originado por la explotación minera en el Perú de estos tiempos, ha dado lugar, acaso, a un número considerable de artículos de opinión ni al despliegue espectacular de fuerzas represivas, policiales y militares en el lugar del conflicto, como viene ocurriendo en Cajamarca con motivo de la lucha de ese pueblo contra la viabilidad del proyecto minero Conga autorizado por el segundo gobierno del ex Presidente Alan García Pérez (2006-2011) y apoyado por el actual régimen del Presidente Ollanta Humala, cuyo discurso de campaña electoral fue de signo contrario al mencionado Proyecto.

Dos alternativas frente a frente

El hecho de que el entonces candidato Ollanta Humala Tasso se haya pronunciado a favor del agua  de la cabecera de cuenca  denominada Conga significa su conocimiento previo de lo que eso significa para Cajamarca y el país; más aún, quienes le ayudaron a elaborar su Plan de Gobierno, tanto el original como el contenido en su "Hoja de Ruta" para el "gobierno de concertación", no podían ignorar ese hecho, particularmente el ex Primer Ministro Salomón Lerner Ghitis.  

Y nadie en el Perú que conozca los estragos ecológicos que ha producido la gran minería podría estar de acuerdo con extender la explotación de la Newmont-Yanacocha a las interioridades del Conga, destruyendo no solamente las cuatro lagunas sino todo el ciclo del agua en esa cuenca.   Que el gobierno aprista haya aprobado el cuestionado y cuestionable Estudio de Impacto Ambiental (EIA), patrocinado por la propia transnacional y sus socios menores  en el Perú (Sociedad Nacional de Minería y Petróleo), es explicable por el entreguismo al que llegó el viejo partido de Haya de la Torre.  Pero que a esa misma posición haya llegado el gobierno del Presidente Humala, no solamente lleva a sospechar que hay de por medio no solo intereses subalternos, sino que traduce una abierta burla a los pueblos, militantes y activistas que dieron todo su esfuerzos para apuntalar su victoria electoral en esa región.  Ese esfuerzo no tuvo una motivación personal en la mayoría que apoyó a Gana Perú, sino la convicción de que un gobierno que levantaba como bandera la defensa de los intereses nacionales era lo más plausible frente a toda la derecha neoliberal.

 La definición de posiciones frente al Proyecto Conga confronta, pues, al gobierno actual con el pueblo de Cajamarca y con todos los sectores que enfrentamos al poder transnacional, neoliberal, y que supuestamente, hasta ayer, el Presidente Humala también enfrentaba. Esta confrontación no es tan compleja como lo pretenden presentar los que, desde posiciones supuestamente independientes, apoyan el Proyecto Conga de la minera y presentan el diálogo y el peritaje internacional como el mecanismo que definiría la viabilidad o inviabilidad del negocio que, por hoy, está suspendido bajo la presión de la lucha del pueblo.

El gobierno, la derecha neoliberal, los posibles mediadores para un nuevo reinicio del diálogo (uno de ellos, el sacerdote Gastón  Garatea acaba de afirmar cuando un periodista le pregunta qué hacer con el abogado y dirigente del FDAC Wilfredo Saavedra: "Tener paciencia con él y dejarlo sin argumentos.  Hay que ser tan convincente de modo que la gente se dé cuenta de que Saavedra no tiene razón".  La República, 23/12/2011, p- 12) pretenden resolver el  problema combinando el "diálogo" con la represión.  Esta posición, que es de la mayoría de los periodistas de opinión, parte de la convicción de que el Proyecto Conga es viable con algunos toques al AEI cuyo tramposo contenido ha sido desnudado por el anterior Ministro del Ambiente.

Es fácil darse cuenta de que el gobierno ya tiene una posición definida y por eso busca excluir de su "diálogo" a quienes, como Wilfredo Saavedra, defienden la intangibilidad de la cuenca, e invitan a esa pantomima a los alcaldes y "dirigentes" digitados por el gobierno, como Atiliano López, para apoyar a la minera. 

La cuestión central es el Proyecto Conga

La lucha del pueblo cajamarquino en este momento, impulsado y organizado por el Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca (FDAC), es la defensa de la cabecera de cuenca (Conga) que Newmont-Yanacocha pretende destruir para enriquecerse más con el oro del subsuelo.  Se inició con pronunciamientos, petitorios, movilizaciones.  Luego vino el paro de 24 horas (24 de noviembre 2011) que se convirtió en huelga indefinida ante el insólito pronunciamiento del Presidente Humala a favor del Proyecto Conga ("el Conga va", dijo), que exasperó a la mayoría del pueblo.

Que la minera y el gobierno pretendan canjear la cabecera de cuenca con determinadas obras públicas, inclusive con un "plan de desarrollo" para Cajamarca, no pasa de ser un recurso para convencer a la población que lucha consciente y consecuentemente. 

Hasta este momento la prepotencia del militar y empresario Óscar Valdez, primero como Ministro del Interior y luego como Primer Ministro,  ha fracasado en su intento de doblegar a los dirigentes y las masas en lucha.  La nueva propuesta de diálogo en Lima para el 27 de diciembre significará la misma maniobra con otros representantes del gobierno.  No agregará nada sustancial al problema de la contradicción entre las partes-.

Si bajo la presión de las organizaciones populares y de una opinión pública sensibilizada por la justeza de la lucha popular, sea  admitido en el diálogo Wilfredo Saavedra, su posición, consideramos, seguirá siendo la misma de rechazo del Proyecto Conga.  Como el gobierno y  sus representantes mantendrán la defensa del Proyecto, el visto bueno para la transnacional estaría más que segura y, por supuesto, la continuación de la lucha emprendida por el pueblo de Cajamarca. 

Todo lo demás, incluyendo las nefastas consecuencias que significa la destrucción de la cuenca, será responsabilidad del gobierno, sus funcionarios y de todos los que defienden los intereses de Newmont-Yanacocha. Hacer de conocimiento del pueblo esta realidad es parte de la orientación de esta lucha.

Para el gobierno vale más los escuálidos impuestos y salarios que pagará la transnacional minera durante 19 años que el desarrollo integral de la región Cajamarca sobre la base de su rica ecología.  El espejismo neocolonial antes que una economía sustentable, de un lado. La preservación del medio ambiente y el  desarrollo integral y sustentable, del otro.  No hay término medio.

Lima, diciembre 24 del 2011
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sábado, 17 de diciembre de 2011

El imperialismo hoy en el Perú y sus felipillos, desde el caso Conga

De:
José Ramos Bosmediano

"El que tiene educación no requiere del Estado"

(Cecilia Blume, ex funcionaria del Estado peruano, en entrevista Canal N, 15/12/2012)

 

Momentos antes  de escribir este texto escuché a Cecilia Blume la frase del epígrafe, cuando afirmaba que si se hubiese proporcionado educación  a todos los niños cajamarquinos, el conflicto por la defensa de la cuenca del Conga (Cajamarca) no hubiese existido, agregando que,  con una maqueta explicativa,  bastaba para convencer a la gente de las "bondades" de la desaparición de la cuenca para que la empresa transnacional Newmont-Yanacocha extraiga todo el oro del subsuelo durante los próximos 19 años.  Resulta que esta burguesita ha desempeñado cargos importantes en el Estado peruano al lado del ex Ministro de Economía y Finanzas, el empresario peruano-norteamericano Pedro Pablo Kuczinski, a cambio de elevadas remuneraciones.  Seguramente ella justificará su anterior presencia como funcionaria del Estado porque este la requirió y no porque ella necesitaba del él.  Es al revés: los profesionales de la burguesía se  introducen en la administración estatal porque  de esa manera defienden mejor los intereses empresariales, llegando, incluso, al uso tramposo de la administración estatal.  Su supuesta "elevada educación" no le ha bastado a la Blume para mantenerse en el sector privado.  Hoy que el gobierno del Presidente Humala ha definido mejor su opción neoliberal, no solamente esta peersonaje volverá a "servir" al Estado, y no por motivos filantrópicos, ciertamente.  

El imperialismo en el Conga

Para quienes defienden el capitalismo como el único, mejor  y definitivo orden económico y social la palabra imperialismo carece de pertinencia.  Para ellos no puede haber imperialismo porque los grandes capitales que son invertidos en nuestro país nos traen el progreso, la bonanza y todos los beneficios que podemos imaginar.  Ya el joven Haya de la Torre, en su libro fundamental El antimperialismo y el APRA, afirmaba que el imperialismo tenía "un lado positivo y otro lado negativo", frase que posteriormente se quedó solo con la primera proposición (el lado positivo), lo que le permitió a su más importante discípulo, Alan García Pérez, convertir a las inversiones extranjeras en la salvación del país y, a quienes consideramos que el capital imperialista nos coloniza más, nos endilgó el mote de "perros del hortelano".

Como fenómeno surgido a fines del siglo XIX y fortalecido durante el siglo XX, el imperialismo, a través de la exportación de capitales hacia los países dominados por la gran burguesía internacional, utiliza diversos mecanismos de dominación: económicos, políticos, militares y culturales, sin dejar de poner al servicio de los grandes capitales el desarrollo científico y tecnológico, como viene ocurriendo hoy, por ejemplo, con la introducción de los transgénicos. El imperialismo solo podía surgir en la etapa superior del capitalismo, aun cuando desde su nacimiento y desarrollo ya se percibe su naturaleza expansiva y dominadora de los pueblos colonizados desde los siglos XIV y XV de nuestra era.  El imperialismo se configura como la economía capitalista de los monopolios con sus expresiones más variadas hasta convertirse en esos monstruos de hoy, las transnacionales de la globalización neoliberal que imponen sus decisiones a los estados más poderosos y cuyo poder se confunde con el de estos. 

Henry Favre, estudioso francés de los problemas de historia económica mundial, en un breve libro publicado en el Perú (América Latina frente al desafío del Neoliberalismo. Instituto Francés de Estudios Andinos – Lluvia Editores, Lima, 2002), señala los efectos del imperialismo en los países latinoamericanos en los siguientes términos:

La penetración del capitalismo en las sociedades tradicionales y la dislocación que engendra provocan un aumento de las reivindicaciones populares a partir del siglo XX.  La crisis en la cual entra el sistema capitalista mundial en 1930 amplía aún más los movimientos reivindicativos.  Pequeños empresarios en bancarrota, obreros cesantes, intelectuales desocupados, obreros agrícolas explotados y campesinos en lucha por la tierra. Incapaces de hacerles frente, las oligarquías son desbordadas. (p.29)

La ilusión del progreso que se forman los grupos dominantes se estrella contra la realidad de una mayor pérdida de soberanía de los estados bajo el dominio imperial, así como el agravamiento de vida de las sociedades con el ahondamiento  de las desigualdades sociales.  Hoy estamos observando que hasta las denominadas "sociedades avanzadas" de Europa empiezan a "ajustar el cinturón" a sus propios trabajadores y son incapaces de absorber la mano de obra desocupada, tanto nativa como la generada por los inmigrantes de los países pobres.

 

Una empresa imperialista, como Newmont, se posesiona de una parte del territorio peruano para extraer minerales en las condiciones más favorables para ella, condiciones otorgadas por un Estado económicamente atrasado y políticamente subordinado a los intereses de los Estados Unidos, "patria" de la Newmont-Yanacocha, Estado cuyo gobierno fujimontesinista (1990-2000) firmó contratos nada beneficiosos para el pueblo peruano.  Los defensores internos de esos contratos hablan hoy de su "necesidad para atraer inversiones en aquel momento", explicación que hemos venido escuchando durante todo el siglo XX al respecto de las inversiones extranjeras en el Perú y  en casi toda América Latina.

A raíz de la lucha del pueblo cajamarquino para que el Proyecto Conga de la Newmont-Yanacocha sea declarada inviable, la presencia del capital imperialista se ha vuelto más evidente, más visible para quienes no estamos comprometidos con la empresa ni con sus socios internos de la Sociedad Nacional de Minería y Petróleo (SNMPE):

En primer lugar,  la empresa, como parte de su "filantropía", entrega becas de estudios para un sector de sus trabajadores, realiza pequeñas obras para las comunidades de la zona donde está la explotación minera, inversiones que solo buscan la aprobación plena de su presencia por la población  ("licencia social" le llaman).

En segundo lugar, la presencia de la empresa favorece a una pequeña burguesía regional  que  ve incrementados sus negocios y, por ende, sus ganancias (tenderos, proveedores para la minera, hoteleros, services que ayudan a explotar mejor a las masas trabajadoras, dueños de emisoras locales y nacionales con sus "líderes de opinión" ).

En tercer lugar, ex altos funcionarios del Estado peruano se ponen al servicio de la transnacional, su nueva razón de ser profesional, cual mercenarios cuya nueva patria es la elevada paga que le entrega el patrón privado a cambio de la defensa de los intereses imperialistas.

Como en los tempos de la Cerro de Pasco Corporation o de la International Petroleun Company, el Presidente Humala, frente a la lucha del pueblo de Cajamarca, se identifica con los intereses de la  empresa transnacional y no con los del pueblo y del país, llegando a repetir lo que el ex Presidente Alan García dijo para justificar el "baguazo" del 2009, que "la Amazonía es de todos los peruanos", lo que el nuevo presidente traduce: "el Conga es de todos…".

En quinto lugar, la misma empresa anuncia la suspensión de los trabajos en el Conga, "por encargo" del gobierno, casi como institución del Estado, lo que le otorga un poder político que está fuera del ámbito constitucional ("poder fáctico", para algunos politólogos).

En sexto lugar, para "convencer" a la población de la conveniencia de destruir el Conga a cuenta de los 4800 millones de dólares americanos de inversión, se militariza Cajamarca y se decreta el estado de emergencia, desde cuya nueva situación se realizará el "diálogo", convirtiendo a las fuerzas represivas del Estado en las defensoras de los intereses del capitalismo extranjero, la que, consciente de los beneficios que le reporta la militarización, sufraga los gastos de las tropas de policías y militares. Y para redondear la faena gubernamental a favor del capital imperialista y de su programa actual neoliberal, cambia la composición del Gabinete, consolidando más su definitivo viraje hacia la derecha neoliberal.  En esta nueva situación todos los voceros del neoliberalismo, comenzando por Mario Vargas Llosa, han salido a ponderar el "reajuste" que, según ellos, favorece la gobernabilidad y da mayor confianza a los inversionistas.

El imperialismo impone cambios en las alturas del gobierno

Para resolver los presentes y futuros conflictos sociales generados por la presencia de las transnacionales mineras, partiendo de la experiencia de lucha popular en defensa del Conga, el gobierno  del Presidente Humala ha tenido que abandonar su discurso nacionalista y asumir todo el programa neoliberal, cuya defensa requiere "orden" con "mano dura", pues el mencionado programa fue impuesto también de la misma manera a partir del golpe de Estado del 5 de abril de 1992, con crímenes y latrocinios de por medio.

La presencia de un militar y empresario en el cargo de Primer Ministro obedece a los intereses de la gran empresa minera. Bajo este marco se plantea el "diálogo" y la propuesta de "peritaje internacional" para decidir si el Proyecto Conga es viable o no, mero trámite para "demostrar" lo primero.

¿Por qué los sucesos de Cajamarca ayudan a desenmascarar la farsa del "crecimiento con inclusión social" y la de la "gran transformación"?  Porque esa lucha toca el aspecto principal de las inversiones imperialistas en el Perú actual, inversiones que generan las más elevadas ganancias para el gran capital, la necesidad de un mayor volumen de materias primas para la gran industria capitalista, a lo que se une la esperanza de mayores recursos para el presupuesto asistencialista (inclusión social) del gobierno, en el plano interno.

Es tal la subordinación del Estado peruano a los intereses del capital imperialista que debe recurrir  a un peritaje internacional para decidir sobre un asunto que es de su competencia, más aún cuando la misma lógica de los sistemas de cuencas y su funcionamiento integral determina su destrucción al actuar sobre sus elementos más fundamentales factores externos que producen cambios irreversibles para el ecosistema y la biodiversidad correspondientes.

 El nacionalismo como discurso se ha agotado ante el embate de los grandes intereses.  La derecha neoliberal ha vuelto a encontrar en el gobierno del Presidente Humala lo que había perdido en las urnas en abril y junio del 2011. El gobierno busca evadir o esconder su responsabilidad apelando a un peritaje que, a lo sumo, expondrá advertencias para "no dañar el medio ambiente".

La defensa de la cuenca del Conga es tipificada como un acto de "intolerancia" e "intransigencia", incluso para ciertos "izquierdistas" que hoy acusan a los dirigentes populares de Cajamarca como los culpables de la militarización de esa región y de los cambios ministeriales.

Cualquier resultado adverso para la defensa del Conga frente al poder de Newmont-Yanacocha y la posición favorable del gobierno a la empresa minera, no será de responsabilidad de los dirigentes ni del pueblo que lucha y seguirá luchando.  Será, primero, del gobierno central y, en segundo lugar, de toda la derecha neoliberal, sus altos funcionarios, parlamentarios, empresarios, dueños de los medios de comunicación y periodistas que hablan de acuerdo con la bolsa de dinero de la publicidad privada y estatal.

El imperialismo requiere felipillos.  En el Perú los hay de sobra.

Lima, diciembre 16 del 2011

 

 

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domingo, 4 de diciembre de 2011

Debilidad e inconsecuencia de la burguesía en el Perú

De: josÿffffe9 dÿffffe1maso ramos bosmediano <amazonayahuascaramos@yahoo.es>

Debilidad e inconsecuencia de la burguesía en el Perú

                        José Ramos Bosmediano

En estos días comprobamos nuevamente que las reformas democráticas desarrolladas por las burguesías nacionales de otros países a lo largo de los últimos 300 años, siguen siendo, en el  nuestro, cuando más, discursos de campañas electorales.  Sendos programas de reformas liberales de contenido democrático-burgués, de progreso y hasta de desarrollo se convirtieron, no bien asumido el poder, en la continuidad de las nuevas formas de colonialismo luego de la independencia del dominio español.

Una historia de frustraciones

La confrontación entre liberales y conservadores que se dio en el Perú durante todo el siglo XIX no derivó en la victoria rotunda de los primeros, como podría deducirse de gran parte de las constituciones promulgadas, incluyendo la de 1979, la constitución liberal más avanzada en la segunda mitad del siglo XX.

Lo que conocemos como burguesía peruana en el siglo XIX y casi todo el siglo XX no ha sido sino la heredera económica y política, por tanto ideológica, de la casta colonialista de encomenderos, comerciantes y grandes burócratas que sirvieron a la Corona española. Las contradicciones de los protagonistas peruanos de las guerras de la independencia (Torre Tagle y compañía) con el  Libertador Simón Bolívar no se debieron, como hoy sostienen los neoconservadores, al "autoritarismo" del Prócer venezolano, sino a la arraigada ideología monárquica de aquellos, a su solapada adhesión a la herencia española como lo fundamental en la conformación de nuestra identidad nacional; pero con más fuerza aún, en las propiedades heredadas de los encomenderos y, posteriormente, del ejercicio del comercio bajo el dominio del nuevo colonialismo inglés que impuso las reglas de juego en el manejo de la hacienda pública.

La política "liberal" y de "modernización" del Estado actuada por el Mariscal Ramón Castilla se combinó con el comercio de esclavos chinos y de favores para una clase comercial, sin generar un proyecto de desarrollo del país.  La clase terrateniente seguía dominando sobre la mayor parte del campo dedicada a la agricultura y ganadería extensiva mediante la explotación del trabajo servil.

La llegada de un liberal formado en Europa, Manuel Pardo, pese a su espíritu emprendedor, no `pudo articular una política económica de largo plazo.  Careció de la fuerza suficiente para enfrentarse a las ambiciones de los terratenientes y de una burguesía parasitaria entregada al capitalismo europeo, sobre todo inglés.

La bonanza producida en la hacienda pública merced a la explotación de la prodigiosa riqueza guanera fue efímera, pues no derivó en inversiones para construir un país desarrollado con base en la industria y la producción agraria para el mercado interno.  ¿Quién podría haber orientado el destino nacional por un rumbo antifeudal y de modernización independiente de nuestra economía y de nuestra sociedad si la clase en el poder era solamente dominante, que no dirigente, como ha sido definida por sociólogos e historiadores del Perú contemporáneo?

El mismo problema enfrentó el Presidente Guillermo Billinghurst, cuyo gobierno iniciado en 1912 fue interrumpido por el golpe militar de Óscar R. Benavides en 1914.  La misma clase dominante peruana, terratenientes y burguesía comercial, no podían aceptar las reformas de Billinghurst, especialmente aquellas que favorecían a las clases populares, particularmente a los asalariados.

Entre 1923 y 1930 fueron combatidas tanto las propuestas socialistas de José Carlos Mariátegui como las reformistas burguesas de Haya de la Torre por la burguesía y los terratenientes en el poder bajo la presidencia de Augusto B. Leguía (1919 – 1930).

En el plano de la educación los planteamientos renovadores del educador José Antonio Encinas, que desde 1095 logró experimentar los nuevos planteamientos de la Escuela Nueva, fue objeto de anatemas por las instituciones gubernamentales y eclesiásticas hasta obligarlo a abandonar el país por algunas décadas.

El nuevo intento de realizar en el Perú reformas de contenido democrático y nacional fue el breve gobierno del Dr. José Luis Bustamante y Rivero (1945 – 1948), en el cual destacó la figura del historiador Luis E.  Valcárcel desde el Ministerio de Educación con su plan de democratizar la educación otorgando atención a la educación rural a través de los Núcleos Campesinos.  El golpe militar oligárquico del 3 de octubre de 1948 significò una nueva frustración para el Perú.

Entre 1963 y 1968 el primer gobierno del ingeniero Fernando Belaúnde Terry se constituyó como la representación de una burguesía nacional que podría dar paso a la liquidación del gamonalismo, cuyo poder venía siendo erosionado por las grandes luchas campesinas de fines de los años 50 y principios de los 60, incluido el movimiento guerrillero de esta década (1963 – 1966).  Nuevamente la burguesía peruana demostró su ligazón supérstite con la vieja oligarquía y con el dominio imperialista, pues aquel gobierno no pudo ni siquiera aprobar una Ley de Reforma Agraria antiterrateniente, ni menos pudo reivindicar para el Perú la riqueza petrolera de la Brea y Pariñas  en poder de la empresa norteamericana International Petroleum Company. Los escándalos ocasionados por la  muy enraizada corrupción administrativa terminaron de crear las mejores condiciones para el golpe de Estado del 3 de octubre de 1968.

El proyecto burgués que el primer régimen belaundista fue incapaz de llevar a cabo fue impuesto, vía militari, entre 1968 y 1975 por el gobierno militar encabezado por el General Juan Velasco Alvarado.  Su carácter burocrático, al margen de la participación democrática de las masas organizadas, que le llevó a enfrentarse a estas, le impidió crear bases sólidas para que sus   políticas de reformas avancen más allá de los intereses de la burguesía industrial a la que, en lo fundamental, representaba aquel gobierno, interrumpido por el golpe de Estado encabezado por el General Francisco Morales Bermúdez el 29 de agosto de 1975.  El mérito más importante del gobierno del General Velasco fue la liquidación definitiva del poder de los terratenientes a través de una Reforma Agraria que democratizó la propiedad de la tierra, proceso inconcluso y plagado de burocratismo y empirismo.  Nuevamente la burguesía nacional ligada a la industria y a las finanzas fue   incapaz de desligarse de sus viejas ataduras con el pasado colonial.

Desde entonces, entre 1975 y el 2011, en el Perú no tuvimos ningún régimen político que haya intentado romper con las ataduras imperialistas y trazar un proyecto de desarrollo con transformaciones estructurales, es decir, integrales.  Sobre esa base de clase el imperialismo de Washington nos ha impuesto el proyecto neoliberal desde 1990, convirtiéndonos en la misma despensa de materias primas y en la más barata fuente de plusvalía para las transnacionales, que siempre fuimos.

Puedo citar el final de un discurso académico del científico social Luis Guillermo Lumbreras que trata de explicar nuestras frustraciones por el fenómeno del "síndrome colonial", herencia histórica y punto de partida de nuestros problemas como república inconclusa.  Dice Lumberas:

En eso estamos. Nuestros conflictos tienen una raíz colonial y son expresiones del síndrome colonial que regula nuestros actos y afecta nuestra conciencia colectiva. Los problemas de hoy son los de siempre, pero tienen la fuerza del embalse, de los conflictos centenarios acumulados, que han debilitado los eslabones de una cadena que está comenzando a romperse justamente en el  punto que la sostiene, que no es otro que las intemperancias, incongruencias y debilidades del "orden establecido" (En "Violencia y mentalidad colonial en el Perú.  Fundamentos para una crítica de la razón colonial". Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos – Instituto Nacional de Cultura/Dirección Regional de Cultura del Cusco. Lima. 2006. Pág. 122)


Se esperó mucho del gobierno de Ollanta Humala


La derecha neoliberal trabajó durante la campaña electoral para derrotar la candidatura del hoy presidente Ollanta Humala Tasso.  Después de la segunda vuelta desarrolló la táctica de reducir el  programa de la "Hoja de Ruta" a un mero asistencialismo, ampliado y enriquecido con algunos programas aislados para justificar la propuesta de "inclusión social".  La burguesía nacional,  representada por numerosos empresarios que integran el gobierno, se ha convertido en comparsa de la gran burguesía y de las transnacionales imperialistas.  El Proyecto Conga en Cajamarca es solo el símbolo del giro neoliberal, acaso irreversible, del gobierno de "Gana Perú". Más que giro, vuelco aparatoso.

Una nueva frustración para las masas oprimidas del Perú.  También para los sectores progresistas y hasta izquierdistas que con honestidad trabajamos para derrotar políticamente a los candidatos de la derecha neoliberal y apoyar medidas antineoliberales insertadas en el programa de Humala. La frustración en los sectores progresistas y de izquierda se torna dramática al no tener en cuenta las limitaciones y debilidades de nuestra burguesía nacional.

Una nueva lección para no confiar en fuerzas ajenas a las de los trabajadores, proletarios y campesinos, en las fuerzas realmente transformadoras.  Mientras no construyamos la fuerza política que represente las aspiraciones de los oprimidos y convoquemos a la lucha por un programa democrático, nacional con proyección socialista, se corre el riesgo de caminar de frustración en frustración.  (Lima, diciembre 3 del 2011)


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jueves, 1 de diciembre de 2011

Yanacocha, propietaria, y vocera del gobierno


José Ramos Bosmediano

 

Cuando empezaba a escribir este texto el noticiero de "90 segundos", programa de una de las empresas más reaccionarias de la TV peruana, anunció que la minera Newmont, dueña de la subsidiaria Yanacocha, en Cajamarca, estaba por decidir el traslado de sus inversiones a otros países-  Ya en horas de la mañana la Congresista del Partido Popular Cristiano Marisol Pérez Tello, cuyo jefe y fundador Luis Bedoya Reyes acaba de ser condecorado por el Presidente Ollanta Humala con la máxima distinción que otorga el Estado peruano y las más ditirámbicas palabras, calificó como "estupideces" la exigencia del pueblo de Cajamarca para que el gobierno dé un decreto o cualquier otra norma legal que declare inviable el Proyecto Conga.  Esta calificación, tan vulgar como llena de odio de clase, ratifica el carácter antipopular de ese partido, bien  llamado partido de los ricos.

Por otro lado, en los principales diarios de Lima la empresa Yanacocha publicó un breve comunicado firmado el 29 de noviembre del 2011 (La República, 30/11/2011, p. 12) en el cual se presenta como vocera del gobierno y promotora del diálogo y el desarrollo.  Pero empecemos por su anuncio de llevar sus dólares a otro país.

Como a Bolivia y a Venezuela

Cuando el gobierno bolivariano del Presidente Hugo Chávez y el del Presidente Evo Morales empezaron a nacionalizar empresas de propiedad de las transnacionales del petróleo y de la minería metálica, las amenazas transnacionales de retirarse de ambos países fue tan estridente y bravucona que la derecha neoliberal de Venezuela, Bolivia y de toda Latinoamérica anunciaba el fin de la economía de esos dos países hermanos.  Lo que ha ocurrido es que las inversiones extranjeras no se han retirado.  Seguramente han disminuido, pero hoy pagan más impuestos por sus ganancias y ambos estados tienen más ingresos porque son propietarios de no menos del 50% de las acciones en cada caso.

¿Por qué no se fueron de Venezuela y Bolivia?  Primero, porque siguen ganando por sus inversiones, no tanto como antes, pero lo suficiente para mantener su posición, pues lo que han dejado de percibir en esos países lo compensan con sus inversiones en otros países, como el Perú, donde los gobiernos les entregan los recursos nacionales del Estado por insignificancias en impuestos, salarios y en condiciones discrecionales que depredan el medio ambiente a cuenta de supuestos apoyos a las comunidades donde operan sus empresas extractiva y de exportación. Segundo, porque en su respectivo país de origen ya no pueden operar con facilidad, pues las poblaciones donde se encuentran las minas se oponen a la contaminación ambiental y el deterioro irreversible del territorio, evidenciándose la gran mentira de que puede existir minería "responsable" y hasta "limpia".  Y tercero, en los países donde antes han operado las transnacionales, especialmente en  África, las riquezas del subsuelo han sido tan  explotadas que sus reservas actuales ya no satisfacen las grandes inversiones y la consiguiente ambición de altas  tasas de ganancia.

¿Y por qué los empresarios peruanos, la gran prensa y los mismos gobernantes, conociendo lo que acabamos de mencionar, apoyan a la transnacional Newmont (y a todas las demás) en contra de los intereses del país y de los pueblos del interior?  En el caso de los mineros peruanos agrupados en la SNMPE, la presencia de las transnacionales significa su supervivencia como burguesía intermediaria que le permite seguir manteniendo su posición de clase dominante en el Perú, ya que sin su alianza con el capital imperialista no son nada, o tendrían un papel poco significativo en la estructura del poder económico y político.  En el caso de la gran prensa (radio, TV, diarios), nada mejor que la presencia de las transnacionales y otras empresas para obtener pingües ganancias  por publicidad para los dueños, conductores y  propietarios de programas de radio y TV (¡qué programas en la mayoría de los casos!). Y en el caso de los gobernantes, desde el Poder Ejecutivo hasta el Poder Legislativo, porque confunden su función de gobernar con el de administrar sus empresas, con excepciones que carecen de importancia a la toma de decisiones, concordancia que no es nueva en la vida republicana del Perú.

No puede sorprendernos que las mineras hayan sufragado las campañas electorales de un grupo de actuales parlamentarios, convertidos en verdaderos mercenarios de la política criolla, que por eso es criolla nuestra vida política, incluso en los planos de los gobiernos regionales y municipales.

Por supuesto que la misma región Cajamarca hay grupos minoritarios que apoyan a la empresa Yanacocha..  Son la pequeña burguesía de comerciantes, hotelería y empresarios del turismo cuyos ingresos mejoran con la presencia de capitales, sin importarles lo que pueda ocurrir en el futuro.  Así ocurre también con la masa de trabajadores de la empresa, ilusionados por el eventual trabajo en la minera, aunque no tengan más derecho de quedarse tan pobres como estuvieron antes. Sin protección social ni mucho menos de la salud.

El infame comunicado de Yanacocha

La empresa minera en su comunicado anhela "que se restablezca la tranquilidad y la paz social en Cajamarca"; dice también que "siempre ha tenido disposición al dialogo"; señala que "en relación con la población han existido desentendimiento y enfrentamientos en el pasado", pero que estaría dispuesta a "facilitar el restablecimiento del diálogo y la recuperación de la confianza".  Concluye con el ofrecimiento de "transparencia y respeto en beneficio de Cajamarca y el país".

Se trata de un discurso plagado de hipocresía.  Primero, no tiene en cuenta la exigencia justa del pueblo de Cajamarca y de la mayoría del Perú, pues espera que haya tranquilidad para proseguir su Proyecto, interrumpido por la lucha del pueblo; es decir, que el pueblo deje de luchar para que la empresa siga imponiendo su dominio.  Segundo, en cuanto su disposición al diálogo, ya sabemos que su Proyecto Conga ha sido aprobado mediante Estudio de Impacto Ambiental totalmente alejado de la realidad y a espaldas de las comunidades y pueblos de Cajamarca, con la complicidad del Ministerio de Energía y Minas y, por tanto, del gobierno.  Tercero, El ofrecimiento de transparencia y respeto no pasa de un cliché para engañar a los desprevenidos.

Pero lo que más convierte al comunicado en inaceptable es la revelación del encargo presidencial o gubernamental para que sea la misma empresa la que informe de su decisión de suspender sus operaciones en el cerro Conga.  El Presidente Humala no puede o no quiere informar du su decisión directamente, sino que lo hace a través de Yanacocha.  El Presidente pone las fuerzas represivas frente y en contra de la población, mientras Yanacocha escribe el discurso de "persuasión", evidentemente a su favor.

En síntesis, queda clara la decisión gubernamental de mantener el Proyecto Conga.  Para eso el gobierno lanza un pedido de suspensión de la lucha que el comunicado expresa implícitamente.  Con el pueblo desmovilizado puede darse un retoque al EIA fraguado y, con abundante propaganda desde los medios de comunicación, todo quedaría consumado para que Yanacocha no lleve sus inversiones a otros países.

Felizmente el pueblo de Cajamarca ha rechazado la "inteligente" propuesta de Yanacocha y del gobierno del Presidente Humala Tasso, a lo que se une el crecimiento de la solidaridad con la lucha del pueblo de Cajamarca.

Que Yanacocha lleve su dinero a otra parte. ¡El señuelo de Yanacocha y del gobierno no pasará!

Lima 30 de noviembre del 2011

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