viernes, 25 de noviembre de 2011

EL PUEBLO ESTA LUCHANDO, HUMALA TRAICIONANDO


                       José Ramos Bosmediano, educador, miembro de la Red Social para la Escuela Pública en las Américas (Red SEPA, Canadá), ex Secretario General del SUTEP

 

Esta noche, en el programa "90 segundos" del Canal 2 de Lima, la conductora Mónica Delta, con evidente satisfacción, afirmó coincidir con el pronunciamiento del Presidente Ollanta Humala sobre la posibilidad de defender, al mismo tiempo, el oro y el agua, en referencia al proyecto Conga de la transnacional Newmont Mmining, que pretende desaparecer tres lagunas naturales y milenarias para extraer el preciado mineral que yace debajo de ellas.

Esta coincidencia tiene dos aspectos: uno, el contenido de lo manifestado por el Presidente Humala; otro, el significado de la coincidencia con la periodista Mónica Delta.

En lo primero, no hay duda que el gobierno "nacionalista" de Gana Perú ha decidido seguir defendiendo el modelo neoliberal tal como ha sido diseñado por el fujimontesinismo (1990 – 2000) y luego, durante la primera década del presente siglo, continuado por los gobiernos de Alejandro Toledo y Alan García, agregando la firma del TLC que pone al Estado peruano bajo una jurisdicción internacional ante demandas provenientes de las transnacionales que sienten vulnerados sus intereses frente a cualquier reivindicación nacional. La contradicción entre extraer oro o cualquier otro metal o riqueza del subsuelo con las necesidades de la vida de los pueblos y del cuidado del medio ambiente, que significa también cuidado de la vida presente y futura, no existe para la lógica de la proposición "oro y agua", proposición inclusiva, a diferencia de la excluyente "oro o agua".  La realidad excluyente, en el caso de Conga se torna, para el gobierno y las empresas mineras, en incluyente, palabreja muy de moda para embaucar a un pueblo que, en realidad, exige justicia y no la simple inclusión, en la cual juegan su papel "positivo" hasta los grandes capitalistas con sus "obras a favor de las comunidades", en lugar de pagar salarios adecuados, reconocer los derechos laborales de los trabajadores, pagar los impuestos que deben  abonar por las ingentes ganancias que obtienen anualmente. Esta posición del Presidente Humala y de su gobierno se vuelve más repulsiva cuando se compara su discurso electoral de  hace algo más de tres meses. Casi no hay diferencia con el discurso del "perro del hortelano" de ese demagogo neoliberal llamado Alan García Pérez que nos llevó a los sucesos de Bagua del 5 de junio del 2009.

En lo segundo, la repugnancia política es mayor, pues que la Delta coincida con Humala es la expresión del viraje abierto del Presidente hacia el fujimontesinismo programático; ya que esta periodista es parte de ese indeseable elenco de personajes al servicio del gobierno más corrupto de la historia peruana republicana.  Coincidir con Mónica Delta o que ella coincida uno en materia de políticas económicas y sociales es transitar por el rumbo neoliberal que esta periodista ha defendido y defiende descaradamente.  Coincidir con ella es estar de acuerdo con  periodistas como Fernando Rospigliosi, Aldo Mariátegui, los de El Comercio, el mismo Jaime Bayly, entre otros. Mónica Delta, imposibilitada de seguir ejerciendo el oficio deleznable de defender a los amos de turno, luego de la caída del fujimontesinismo en noviembre del 2000, se fue a Estados Unidos.  Luego volvió cuando el continuismo neoliberal actual estuvo asegurado y hasta consolidado.  Hoy se encuentra, nuevamente, en su salsa.  Lamentablemente se está encontrando en el mismo camino con el Presidente Humala.

Unidad y no división para la defensa de la patria y sus recursos naturales

La nueva lucha que se ha iniciado en Cajamarca el día de hoy 24 de noviembre tiene un profundo sentido patriótico, teniendo en cuenta que se trata de la defensa de nuestros recursos naturales, propiedades de la nación peruana frente a la voracidad de las transnacionales y de empresarios peruanos que defienden solamente sus intereses. 

El cerro Conga, que contiene la cabeza de cuenca y la riqueza ecológica correspondientes, representa la propiedad colectiva de una población numerosa que vive de la agricultura y la ganadería, en lo fundamental.

El Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca (FDAC), trabajada pacientemente desde hace mucho tiempo, es la organización de masas que ha logrado forjar la conciencia de la defensa de Conga, de enfrentamiento a los empresarios mineros que pretenden convertir ese cerro en un montón desintegrado de piedras y tierra.  El papel del FDAC en la forja de la unidad será fundamental para liderar la lucha  actual. Toda disputa de liderazgo es lo mejor que pudiera ocurrir en beneficio de las transnacionales y de los gobernantes que pretenden extraer, a como dé lugar, el oro de Conga. La victoria de una lucha tiene, como algunos de sus factores más importantes, la unidad de mando, un liderazgo unificado y no la dispersión.  La orientación fundamental tiene que ser única en todos los terrenos: en la estrategia y la táctica, los objetivos básicos de la lucha, los mensajes que requiere cada momento de la lucha y, por supuesto, las decisiones que hay que adoptar para el desenlace. Sin estas condiciones se facilita el accionar del gobierno para quebrar la lucha, sobre todo la infiltración de provocadores.

Desde el gobierno, más de lo mismo

El Ministro del Interior, como todos los de Toledo y García, ha llegado a Cajamarca con la amenaza contra los dirigentes y el pueblo.  Aparentando un supuesto motivo se fue a ordenar a la tropa enviada a Cajamarca para amedrentar al pueblo y, de paso, sembrar la creencia de que los dirigentes y el pueblo en lucha atentarán contra el país.  Los mismos métodos y las mismas triquiñuelas represivas.

El discurso brabucón del Ministro Óscar Valdés refleja a un gobierno cuasi castrense y no democrático. 

Como siempre ha ocurrido, el gobierno "nacionalista" del Presidente Ollanta Humala se ha puesto al lado de los 4800 millones de dólares de inversiones, dejando que las aguas del Conga se conviertan en un reservorio de cemento que supuestamente las lluvias se encargarán de mantener (¿?)

No en vano una encuestadora revela que la aprobación al Presidente Ollanta Humala está subiendo en los sectores A y B (Gran Burguesía y Burguesía Media), a diferencia de su bajada en los sectores C y D (pequeña burguesía, campesinado y proletariado).

Los funcionarios progresistas que forman parte del gobierno están haciendo malabares de pensamiento y discurso para seguir manteniéndose fieles al "programa nacionalista". Hasta el liberal y socialdemócrata más radical, como Javier Diez Canseco, lanza sus discrepancias sobre asuntos concretos y no sustanciales de la política económica y social del actual gobierno.  Su discurso sobre la "inclusión social" no agrega nada a lo que ya se conoce como "humanización" del modelo capitalista neoliberal.

Que el cerro Conga no sea entregado al proyecto Conga. Tal es el objetivo central de la lucha actual del pueblo de Cajamarca.  Debiera de ser también de todo el pueblo peruano.

Lima, noviembre 24 del 2011

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sábado, 5 de noviembre de 2011

La minería, esa vieja gorda y ajena


           José Ramos Bosmediano, educador, miembro de la Red Social para la Escuela Pública en las Américas (Red SEPA. Canadá), ex Secretario General del SUTEP (Perú)

 

Es una fiebre de alta temperatura financiera la que se da en las transnacionales de la minería metálica y los hidrocarburos.  Grandes empresas extranjeras (Estados Unidos, Canadá, China Popular) y otras nacionales, no tan grandes pero lo suficientemente poderosas hasta para  tener ministerios a su cargo, predican la "minería limpia", la "responsabilidad social" de sus empresas y, como no podía faltar, el "desarrollo" con grandes beneficios para las comunidades donde depredan el medio ambiente.

Están bien representados esos grandes intereses de la globalización capitalista que está horadando las tierras fuera de su país de origen.  En el Perú está la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), asociación corporativa que defiende los intereses de gran burguesía parasitaria y los de las transnacionales, jugando como burguesía intermediaria entre el Estado peruano y aquellas que traen las inversiones más grandes.  Su actual Presidente, Pedro Martínez, defendiendo los intereses de la transnacional Newmont, dueña de Yanacocha en Cajamarca, declara en una entrevista (La República de Lima, 03/11/2011, p. 6) que los pueblos de la región Cajamarca, en lucha contra la depredación de las aguas por el proyecto Gonga de la misma Yanacocha, o sea, de la misma Newnont, buscan "chantajear a la minería formal" y, como si los peruanos fuésemos ignorantes y este empresario el sabio, agrega en la misma entrevista  que "…vemos una escalada de desinformación y extorsión contra la minería formal".

Una vieja historia

La más vieja de las historias que tenemos de la minería extranjera en el Perú es la que se dio, con los metales preciosos y el tungsteno, cuando los colonialistas españoles explotaban en la sierra centro y sur del Virreinato peruano (hoy Perú y Bolivia, Huancavelica y Potosí, respectivamente) nuestros minerales usando el sistema de trabajo de la mita, verdadera explotación esclavista de los indígenas del ande.  No es casual que aquellas regiones sigan sumidas en el atraso más lamentable si las comparamos con otras regiones del Perú y de Bolivia de nuestros tiempos.

Pero uno de los casos más evidentes en el Perú es la explotación minera en las regiones de Junín y Pasco donde se encuentran los centros mineros de La Oroya (provincia de Yauli, en Junín) y Cerro de Pasco (en Pasco).  La Oroya es una de las provincias de Junín con más índice de pobreza y no se sabe cómo la gran minería ha promovido un desarrollo que no aparece ni en la educación ni en la salud de los yaulinos.  La misma capital de Pasco, Cerro de Pasco, es una ciudad invivible al igual que sus distritos, cuya población supervive en los altos de un cascarón perforado por esa gran "minería formal" a la que se refiere el minero peruano Pedro Martínez.  En la misma situación de pobreza se encuentra la provincia de Daniel Alcides Carrión de la misma región Pasco, a solo tres horas de la capital regional.  Contrariamente a lo que afirman los grandes mineros, la otra provincia pasqueña, Oxapampa, con un manejo agrícola como actividad principal, dispone de mejores condiciones de vida para sus habitantes, aunque sigue siendo una provincia con altos índices de pobreza extrema.  ¿Qué hubiese pasado en Oxapampa si hubiese tenido la "mala suerte" de poseer grandes yacimientos de hierro, cobre, oro, plata, gas y petróleo?  Con toda seguridad que las Newmont y Cía. ya hubiesen borrado todo atisbo de actividad agrícola y pecuaria.

No olvidemos la situación de pobreza en que se encuentran las poblaciones de la región La libertad (Pataz, Faustino Sánchez Carrión y Santiago de Chuco), donde hoy operan nuevas transnacionales y mineras nacionales, pero donde desde principios del siglo XX la explotación minera diezmó a varias generaciones de pobladores del ande a través de su inhumana explotación salarial, además de crímenes contra trabajadores que se atrevían a organizarse para defender sus derechos.

Si la población piurana de Tambo Grande no se hubiese organizado y defendido su sus tierras limoneras, estas ya estarían arrasadas por las transnacionales del oro que pretendieron excavarlas para "traer el desarrollo".  Recuerdo que cuando esa lucha se dio, el fujimontesinismo,  privatizador y entreguista, quiso imponer el contrato de explotación.  El argumento de quienes defendíamos las tierras del mejor limón peruano era: ¿qué es mejor, 17 años de explotación minera y su canon con la inutilización definitiva de las tierras, o la preservación de las tierras para una agricultura que sustentará a todas las generaciones venideras, con trabajo sano y frutos prodigiosos?  Esta pregunta vale para todos los pueblos donde los yacimientos mineros funcionan como un imán para las ambiciones de las transnacionales.

Mitos y falacias de la minería y defensa de Cajamarca

Primero está el mito y la falacia de la "minería limpia".  ¿Hay minería limpia?  Si hubiese, la propia población de Estados Unidos, en los estados donde hay grandes yacimientos, no se opusiera a que las propias transnacionales yanquis exploten esos minerales enterrados por millones de años.   ¿Puede don minero Pedro Martínez afirmar que sus socias mayores están chantajeadas por sus propios compatriotas?  Pero si vamos al hecho mismo de excavar y extraer miles de miles de toneladas de tierra y piedra, polvo y gases terriblemente tóxicos, los efectos de esta avalancha no se puede mitigar ni con las maquinarias más modernas, amén de que a las mineras y a sus operadores en el campo de trabajo no les interesa aquello del Estudio de Impacto Ambiental, para ellos, un mero trámite burocrático en el que interviene una mezcla de ex funcionarios del Estado y luego de las mineras, concubinato de los mismos intereses. De manera que dos mitos y falacias en un solo daño verdadero: la "minería limpia" y el Estudio de Impacto Ambiental.  Imposible detener el daño de materiales no controlados, inclusive del deterioro causado en centros de relave y lugares de derrame de mercurio y otros insumos tóxicos.  La extracción minera, para no ser totalmente perjudicial, para que sus efectos sean por lo menos mitigados, debe ser realizada donde no haya agricultura y donde no haya poblaciones asentadas o cercanas a los yacimientos.  Lo que se puede dejar de percibir como canon se puede (y debe) compensar, de lejos, con una agricultura y actividades conexas bien planificadas, también la actividad forestal.  Todos los argumentos sobre la "minería limpia" no pasan de ser los cuentos de hadas de los "señores de la mina" que solían cantar los trabajadores mineros de Chile en su famosa canción de protesta.

El otro mito y falacia es aquello del "desarrollo" que traen las mineras, propaganda bien montada y bien pagada por la SNMPE, donde aparecen supuestos agricultores y piscicultores usando las "limpias aguas" producidas por las empresas.  A esta propaganda hay que agregar los miles de  "puestos de trabajo" que crean las mineras.  También están el canon para la realización de obras de infraestructura en el entorno de las poblaciones afectadas y la sustitución de los ríos y lagos arrasados por represas para el almacenamiento de agua.  Y el "mejor" mito de las mineras y sus defensores: trae grandes inversiones que necesitamos para las obras públicas y las políticas de "inclusión social", tan ponderada hoy por los mismos enemigos de esa inclusión. Sobre estos mitos y falacias hay que decir algo.

El desarrollo sin comillas puede construirse a partir de actividades que no destruyan la tierra, la biodiversidad y el medio ambiente.  No es esperando la explotación minera que construiremos del desarrollo de nuestros pueblos.  En todo caso, seamos los propios peruanos quienes decidamos dónde y cuándo extraer las riquezas naturales del subsuelo.  La premura de las mineras tiene que ver con los intereses del gran capital internacional.

La agricultura y la piscicultura se pueden desarrollar usando solamente nuestras fuentes de aguas  naturales, limpias y no sospechosamente tratadas después de haber sido contaminadas. Los supuestos agricultores y piscicultores que hablan en los espots no son sino personas asalariadas por las propias mineras.

Los miles de puestos de trabajo, que son ciertos, no son permanentes ni bien remunerados, mucho menos hoy en que el neoliberalismo destruyó todos los derechos laborales.  Con salarios miserables, sin derechos laborales, con todos los peligros que supone el trabajo en las minas, algunos trabajadores son atraídos con ciertos "privilegios", como becas de estudio para sus hijos y otros que no representan gastos significativos comparando con los miles de millones anuales que las transnacionales repatrían a su país de origen como ganancias netas, dejando en el país, en salarios, impuestos, canon y regalías no más del 15% de su ganancia bruta.

Y las grandes inversiones que realizan las mineras en nuestro país, ¿no es, acaso, un hecho positivo para nosotros?  Si verdaderamente nos transformaría en un país desarrollado esa  afirmación sería la correcta.  Pero la historia ha demostrado que esas inversiones, más bien, sirven al desarrollo de la industria extranjera y a nosotros nos siguen manteniendo como meros vendedores de materias primas al vaivén de los precios manipulados por las mismas corporaciones que invierten en los países pobres.  El manejo relativamente independiente que tenían los países productores de petróleo está por concluir porque los países árabes, invadidos por las potencias capitalistas a través de la OTAN, dejarán de actuar en la OPEP (Organización de los Países Productores de Petróleo).  Lo que necesitamos son inversiones para industrializar el Perú, desarrollar una agricultura y una agroindustria que nos permitan generar trabajo permanente para millones de peruanos con base en la pequeña y mediana propiedad y la propiedad cooperativa, principalmente,  y la seguridad alimentaria interna, sin excluir, por cierto, la exportación.

No es verdad que la mayoría de los países lograron su desarrollo con la explotación de minerales en su propio país.  ¿Por qué nosotros, que tenemos ingentes recursos naturales no solamente mineros, no podríamos generar nuestro propio desarrollo, incluyendo también una racional explotación minera?

Tildar de "antimineros" a quienes defienden el derecho a la vida  no pasa de ser una calumnia de los defensores de las transnacionales.

Con el pueblo de Cajamarca

En Cajamarca se consumó el primer acto criminal de la conquista, también de la traición de ciertos jefes indígenas que, creyendo ver en los recién llegados sus aliados para derrotar a su enemigo interno, ayudaron a destruir el ejército  de Atahualpa hasta acabar con la vida de este. 

En estos momentos Cajamarca enfrenta a otro ejército, el de los dólares americanos, nuevamente con aliados internos, incluso del propio gobierno nacionalista, algunos de cuyos funcionarios tratan de finiquitar la presencia del proyecto Conga que significará, de consumarse, la destrucción de las aguas naturales.    Es más que sospechoso que el Ministro de Energía y Minas se desplace en el avión privado de la minera Yanacocha, la que pretende derrotar a los pueblos de Cajamarca, Celendín, Bambamarca, con sus alcaldes y frentes de defensa.

Si el gobierno del señor Ollanta Humala da paso a Conga, ya sabremos que el nacionalismo no es sino una coartada para seguir manteniendo el programa neoliberal.  Y entonces se podrá decir: consumatum est.

Iquitos, noviembre 04 del 2011.

<amazonayahuascaramos@yahoo.es>

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