viernes, 24 de septiembre de 2010

Hugo Neira: de insultos y falacias sobre la educación peruana


                               José Ramos Bosmediano, miembro de la Red Social para la Escuela Pública en las Américas (Red SEPA, Canadá), ex Secretario General del SUTEP

 

Me sorprendió, en días pasados, la posición favorable  de Hugo Neira a la candidatura de Susana Villarán, pues por su trayectoria de funcionario y profesor universitario, además de sus libros publicados y sus artículos periodísticos, desde el diario Expreso de Manuel Ulloa Elías hasta La República de hoy, siempre ha demostrado su eclecticismo y su postura política reaccionaria que obedece, qué duda cabe, a su real adhesión ideológica aprista de la etapa de la claudicación al programa reformista original, convirtiéndose en un intelectual neoliberal con poses de socialdemócrata.

Como no podía ser de otra manera, en su artículo "Los últimos de la clase" (La República, 23/09/2010, p. 12), retira su apoyo a Susana Villarán aduciendo que no iba a construir el METRO y por su alianza con el SUTEP.  Yo digo que Neira hace muy bien en demostrar su  verdadera personalidad política oportunista, ya que en los dos tiempos diferentes de su vida política apoyó también dos programas diferentes y hasta opuestos.  Así, cuando Velasco inició en el Perú un programa desarrollista reformista, Hugo Neira se puso la camiseta de la "revolución de las Fuerzas Armadas" e integró el SINAMOS, uno de cuyas funciones fue paralelizar a los sindicatos, entre ellos, al SUTEP a través del SERP (Sindicato de Educadores de la Revolución Peruana).  En estos tiempos de neoliberalismo y privatizaciones, incluyendo la administración aprista, no ha tenido mayores problemas en esquivar su intelecto para escribir sobre cuestiones que no colisionan con el programa neoliberal en marcha.  Su trayectoria política se parece, en mucho, a la de Martha Hildebrandt, especialmente en su fobia a los maestros de la escuela pública organizados en el SUTEP.

Con "las alas doradas" de la vanidad por la condecoración que acaba de otorgarle el reaccionario y xenofóbico gobierno francés  de Sarkozy, en su artículo recurre al insulto y a ciertas falacias que el neoliberalismo ha venido haciendo pasar por verdades sobre la crisis de la educación peruana y sus causas.

El SUTEP no ha administrado la educación peruana

Neira, siguiendo el razonamiento neoliberal, empieza diciendo que el gremio magisterial fundado en 1972, cuando Hugo Neira apoyaba a Velasco, "hizo y deshizo de la educación de los pobres, dejándolos peor que nunca…". 

Le paso a Neira algunas preguntas con varios elementos sobre la educación peruana de los últimos cuarenta años: ¿no es verdad que el Informe de la Comisión de la Reforma de 1970 – 1972, llamada "Salazar Bondy",  describía el pésimo estado de nuestra educación con índices que no es del caso repetir aquí, que obligó a realizar la reforma que luego fracasó?; ¿cómo es que, antes de que el SUTEP haya existido, la educación peruana ya se encontraba en una crisis que se agudizó en los años 70 y luego en los 80, coincidente con la crisis de la economía y la sociedad peruanas?; ¿no es verdad que la reforma de 1972 impuso la tecnología educativa sistémica de base neoconductista y prgmático-instrumentalista, de procedencia USA, es decir, una reforma prestada al imperialismo para un país, como el Perú, que requiere una reforma basada en nuestra realidad?; ¿no es verdad que luego del fracaso de los 70, los gobiernos de los 80 no tuvieron ninguna iniciativa en materia educativa, salvo administrar la crisis retrocediendo a los parámetros conservadores anteriores a  los 70, en el marco de la llamada "década perdida" por los economistas de la CEPAL?; ¿no es verdad mi querido Watson, Hugo Neira, que durante los 90 se impuso el neoliberalismo en el Perú y en casi toda América Latina implantando reformas educativas privatizadoras y municipalizadoras, de contenido curricular constructivista, con la psicología biogenética de Piaget y la filosofía pragmatista, que nuevamente nos ha llevado al fracaso?; ¿qué ha dicho don Hugo Neira cuando el fujimontesinismo impuso los decretos 699, 26011, 26012 y 26013, contra los cuales luchamos los  maestros del SUTEP para frenar la privatización de la educación al estilo chileno de Pinochet?; ¿es el SUTEP el que promulgó el decreto 882 que abrió las puertas a la privatización masiva de la educación superior universitaria y no universitaria, de cuya crisis no se puede culpar a los maestros de esos centros de estudios, porque resultarían siendo culpables incluso Hugo Neira y su amigo Nicolás Linch?; ¿es el SUTEP el que ha estructurado el presupuesto educativo siempre deficitario, nombrado ministros y viceministros y demás funcionarios del  sector educación, elaborado los currículos y los sistemas de evaluación, etc.?; ¿es el SUTEP el que ha creado el proceso de corrupción en el sector educación, que viene desde los inicios de la república peruana, y las deficiencias en el proceso curricular de lenguaje, matemáticas y demás conocimientos y prácticas, comprobadas y expuestas por el ex Presidente Nicolás de Piérola en 1895?; ¿y no es verdad, finalmente, que todos los gobernantes que han delinquido en agravio del Estado y del pueblo, como Leguía, Ignacio Prado, los comerciantes de esclavos durante Castilla, los comerciantes del guano y del salitre, los Fujimori y Cía., los Boloña, los actuales implicados en los petroaudios, etc., han sido educados antes de que el SUTEP existiera, es decir, de qué gran educación nos habla Neira cuando hasta la década de los 60 sólo el 20% de los maestros tenían título pedagógico, confundiendo los casos aislados de aceptables logros educativos con lo que ocurría en el conjunto de la educación del país?

Freno las preguntas porque las formuladas son suficientes para demostrar que la principal afirmación de Hugo Neira sobre la responsabilidad del SUTEP en la crisis actual de la educación es, simplemente, una falacia.  Si  fuera así, en todos los países latinoamericanos, excepto Cuba,  se diera el caso de que son los sindicatos de maestros los culpables de la situación calamitosa de sus sistemas educativos, y no solamente de la pública. 

Repitiendo los términos de la campaña derechista contra Susana Villarán, Hugo Neira introduce la otra falacia: que el SUTEP va a administrar la educación en Lima –Provincia. Falacia tras falacia, Neira pretende ocultar que el SUTEP fue el primer gremio que se enfrentó a Fujimori con una huelga de 109 días, entre mayo y agosto de 1991 contra la privatización de la educación.  Hasta la gran Marcha de los Cuatro Suyos, en la que el SUTEP participó desde la provincias más alejadas, todos los años de esa dictadura el  gremio desplegó diversas formas de lucha: paros, movilizaciones, sendos comunicados en el diario La República, acopio de firmas para impedir la privatización de PETROPERÚ y contra la reelección fujimorista, intensa campaña por el NO en el Referéndum del 31 de octubre de 1993.  Estuvimos en el primer acto político para impulsar un gobierno legítimo con Máximo San Román, inmediatamente después del golpe del 5 de abril de 1992, fecha en que el local del SUTEP fue tomado por el Ejército.  Hugo Neira no podría recordar lo que hacemos los plebeyos porque para él sólo es importante "el gusto por la lectura y la libertad en el pensar", viviendo satisfecho en su atalaya seudo académica.  Muchos intelectuales y hasta dueños de ONG ignoran, por interés político, que el SUTEP elaboró un proyecto educativo nacional en 1992, muy bien valorado por el extinto Dr. Wálter Peñaloza Ramella. Pero este fruto del estudio no le interesa a Neira porque no se adecúa al esquema neoliberal ni al decadente pensamiento burgués del  postmodernismo, alimento espiritual de quien nos endilga insultos, como el de ser elementos del "pleistoceno", "últimos dogmáticos del planeta", "enemigos de la cultura"… (como  Alan García insultando a los maestros de "burros" y a los indígenas peruanos de "haraganes" e "incapaces").  ¡Y luego, para salvar su alma, dice que "no se trata de ningunear"!

Neira y Linch: la revancha política contra el SUTEP

Todos  los insultos y las falacias desparramadas en el artículo panfletario de Neira tienen una sola explicación: su revancha contra el gremio, sus dirigentes y sus convicciones ideológicas y políticas que impidieron la imposición de un sindicato gobiernista como soporte magisterial del gobierno del General Velasco Alvarado a través del SINAMOS que fundó el SERP, como fundó también la CTRP y la CNA, dividiendo a la CGTP y a la CCP, respectivamente.  El SERP fue derrotado por el SUTEP inmediatamente, y no por las "mañas" a las que se refiere Neira, sino por la lucha de principios para la defensa de los intereses de los trabajadores, un derecho universal conquistado por los asalariados en cada país.  Por supuesto que para los "sabios" como Neira, estos derechos no tienen ningún valor.

Tratándose de Nicolás Linch, cuyas "obras maestras", mencionadas por  Neira, se nutren de su fobia contra Patria Roja, pues su antiguo partido de izquierda, en alianza con otros de similares planteamientos al suyo, nunca pudo hegemonizar el movimiento magisterial del SUTEP, aunque sí aceptó ciertos cargos en el CEN y llegó a tener la dirección de ciertos SUTES provinciales y departamentales.  Cuando fue Ministro de Educación durante el corto gobierno de Valentín Paniagua, desarrolló una intensa campaña para "tomar" el SUTEP a través de ciertos cuadros políticos llevados a su Ministerio como funcionarios.  Tampoco pudo cumplir su objetivo.  Su tesis sobre el "pensamiento arcaico" en el SUTEP es, en verdad, una copia de la tesis de Mario Vargas Llosa contra José María Arguedas, con la diferencia de que para Linch lo arcaico es el marxismo y sus desarrollos posteriores, especialmente el principio de la lucha de clases y el papel del  proletariado; mientras que para Vargas Llosa es su fobia contra lo indígena, su cultura y sus reivindicaciones, que chocan contra el proyecto de la modernidad neoliberal.  Vargas Llosa debió de haber soñado diablos amazónicos durante las luchas indígenas que desembocaron en los sucesos del 5 de mayo del 2009.  Linch y Neira no pueden soñar nada porque sus ideales de vida son como la malagua.

¿Y México?

"Nos estamos pareciendo a México", dice, como una novedad, Hugo Neira.  Conozco la realidad mexicana y la he estudiado con mucho cariño por las grandes luchas que ha librado ese pueblo, por su arte precolombino y moderno, por sus ideólogos progresistas, sus muralistas de inspiración socialista y comunista. 

La destrucción del artículo 3º de su Constitución original, que definía la educación mexicana como gratuita, obligatoria y laica, perpetrada por el neoliberalismo en tiempos de Salinas de Gortari (1988 – 1994), me duele, como ha dolido a todos los maestros mexicanos que defienden la escuela pública de su país, que no ha mejorado con la reforma neolberal.  No duele a los máximos dirigentes del sindicato, el SNTE, con más de un millón doscientos mil afiliados.  Esa dirigencia apoya la reforma neoliberal.  Para "demostrar" que los culpables de la crisis educativa son los maestros, también se están aplicando a estos las pruebas estandarizadas que aquí aplican desde los 90 y que Neira aplaude cuando lo hace el negociante de la educación José Antonio Chang, con   el fabricado resultado de un 73% de maestros mexicanos "ineptos", por tanto, "culpables" de la crisis de su educación.  En México no se trata de un sindicato dirigido por "dogmáticos", como dice Neira, ni por "arcaicos", como señala Linch, sino por sindicalistas "abiertos al cambio y a la globalización", como suele decir Elba Esther Gordillo, la presidenta del SNTE que dirige, con el gobierno de Calderón, el ACE, Acuerdo para la Calidad Educativa.  Verán don Hugo Neira y don Nicolás Linch que la crisis educativa no se resuelve insultando a los gremios ni a sus dirigentes.  Si no creen, vayan México y conversen con el fantasma de Cantinflas.

Los últimos de la clase son los gobernantes de los principales niveles que han carecido y carecen de un proyecto integral de desarrollo para nuestro país y nuestro pueblo.  Ni la Sorbona, ni Harvard, ni Oxford, ni Chicago, ni Boston y otras universidades consideradas como las mejores nos han producido gobernantes y técnicos que han gobernado al Perú con patriotismo y honestidad. 

Hugo Neira nunca debió de pretender pasarse a la orilla de la izquierda que representa Susana Villarán, porque hasta la llamada "izquierda moderada" le queda grande, diabólica, terrorífica, como cuando los más atrasados de la derecha vieron en Velasco el fantasma del comunismo. Mejor es que Hugo Neira se una a Kuczynski para gritar que ya viene el diluvio.

Iquitos, setiembre 24 del 2010

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