sábado, 31 de octubre de 2009

Democracia en el Perú: ¿ Defender o conquistar ?. -

Mensaje

: Una nueva propuesta para "mejorar" la democracia peruana acaba de ser aprobada por el Pleno del Parlamento, institución dominada hoy por la alianza aprofujimorista con el apoyo de los demás sectores de la derecha peruana. La propuesta del gobierno ha sido presentada y sustentada por una de las dirigentes más inescrupulosas del partido aprista: Mercedes Cabanillas Bustamante, responsable política de los crímenes del 5 de junio del 2009 en Bagua, dos veces Ministra de Educación y sempiterna parlamentaria. Viejos argumentos demagógicos. No pocos analistas, en sendos artículos periodísticos, han desbaratado la tesis central de la propuesta aprista: que aumentando el número de firmas para la inscripción de organizaciones políticas con fines electorales, la denominada democracia peruana será perfeccionada. Pero la "sapiencia" de los dirigentes apristas también impone que quien aspire a la presidencia de la república debe haber participado, previamente, en las elecciones regionales. Quien conozca y recuerde lo hecho por el fujimorismo en materia electoral durante la década de los 90, no puede menos que reírse de todos los parlamentos sometidos a las reglas "democráticas" aprobadas: más de 500 mil firmas para la inscripción de un partido político y las correspondientes proporcionales en regiones y municipalidades. El resultado: la más deleznable mediocridad en los parlamentos y en los gobiernos regionales y municipales, con más corrupción y menos eficacia en el abordaje de los problemas del país en su conjunto. En cuanto a la participación previa en elecciones regionales, no solamente constituye una violación a los derechos constitucionales, sino que contradice toda la lógica de la lucha por el poder político y la selección libre de los candidatos a tal o cual representación. Con este mecanismo arbitrario, casi todos los que han ocupado, hasta hoy, la presidencia de la república, no hubiesen podido presentarse como candidatos; y el mismísimo Alan García Pérez tendría que presentarse, a partir del 2011, como aspirante a una presidencia regional para luego tentar, por tercera vez, la presidencia de la república. Demagógicamente la derecha peruana, encabezada hoy por el gobierno aprista, pretende cerrar el paso a los nuevos liderazgos que se irán forjando en el proceso de agudización de la lucha de clases que se avecina en el Perú, cuando el neoliberalismo haya llegado a su más visible descalabro en medio de la crisis global del capitalismo actual. Como no pueden cambiar las reglas de juego electorales para el 2010 y el 2011, tratan de tranquilizar al pueblo con el argumento de aplicación para después de las elecciones del 2011. Esta aplicación postergada, sin embargo, no puede ser un argumento válido para que la población acepte la maniobra política en marcha. ¿Es posible mejorar esta democracia peruana?. Para mejorar el desempeño o funcionamiento de una institución, se requiere que sus vigas maestras, sus bases fundamentales, tengan validez como soportes seguros de los reajustes que puedan hacerse, como cuando se mejora una construcción de ingeniería civil a partir de sus bases, que deben ser sólidas, pues, de no serlas, ninguna reconstrucción es plausible. En el caso del sistema de la democracia peruana actual, su base, la base económica y social del Estado peruano hace tiempo que se ha resquebrajado, como lo señalan los más preclaros historiadores de la república, que no solamente José Carlos Mariátegui. El hecho mismo de que el senderismo, con todas sus atrocidades y su burda concepción de lo que significa una revolución en el Perú, haya hecho tambalear el sistema político peruano, constituye una prueba de que el Estado peruano funciona como un armatoste simplemente apuntalado por "políticas de emergencia", reprimiendo toda lucha por los derechos sociales, laborales y políticos más elementales, y postergando, indefinidamente, la solución de los problemas fundamentales de nuestra patria. Se trata de una democracia simplemente formal, alejada de las aspiraciones democráticas de las masas y enfeudada a los intereses de una clase dominante que sólo funge de intermediaria ante el poder capitalista externo. Plantear el mejoramiento de un sistema político en crisis generalizada desde el mismo siglo XIX, es una propuesta que conduce a un nuevo fracaso, como ha fracasado la Ley de Partidos Políticos, cuya promulgación fue considerada como la varita mágica para establecer en el Perú una verdadera democracia. Con la nueva propuesta, se vuelve sobre lo mismo. Cómplices de esta patraña son los propios partidos políticos progresistas que aceptan participar en elecciones bajo reglas antidemocráticas. ¿Una nueva democracia es posible en el Perú?. Claro que sí, a condición de remover los escombros de la vieja democracia formal que viene demostrando su inutilidad, porque sus bases económicas y sociales requieren una previa y radical transformación. Nuevo Estado, nueva Constitución, nueva Economía, nuevas relaciones de producción, nuevas fuerzas políticas en el dominio del Estado con la hegemonía de las clases hoy dominadas, son las premisas para un nuevo orden democrático, poniendo de pie lo que hoy está de cabeza. Los "presidenciables" de la derecha están ofreciendo más democracia sin remover el viejo orden social, sin enfrentarse, siquiera, con el neoliberalismo, mucho menos con el imperialismo. Alejandro Toledo, por ejemplo, acaba de anunciar que la crisis actual nos presenta "nuevos retos" y "nuevas posibilidades", sin recordar que las mejores posibilidades que presentó su gobierno fue para los grandes empresarios de dentro y fuera del país, pero no para los trabajadores y el pueblo, que son la mayoría, para quienes ni el "goteo" cayó desde la pirámide de las desigualdades económicas y sociales. La nueva democracia peruana no puede ser ya la preproducción ampliada de esta caricatura que vivimos. Será la nueva democracia que siente las bases del socialismo. La democracia socialista, y no la democracia burguesa formal, es nuestra mejor y única alternativa. Toda medida al margen de esta alternativa es simple parche para ocultar el crujido y las manifestaciones de la crisis de la sociedad peruana. Iquitos, octubre 25 del 2009. Por: José Ramos Bosmediano, educador, miembro de la Red Social para la Escuela Pública en América, ex Secretario General del SUTEP.
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